Al momento de la caída, en un ambiente hostil, como son las veredas, las hojas suelen encontrarse con otras "hojas". Es un encuentro, un diálogo secreto, antes que se las lleven el viento o las escobas. Es cierto, en esa foto, la carta le da ese componente de magia, superstición, azar. Gracias, Chapi! :)
Todas muy bellas, Laura. La primera, así como está, podría colgarse en un museo (de bellas artes, no de ciencias naturales...¿ o también?). La cuarta hay que mirarla rápido, antes de que esa hojita termine de desintegrarse y desaparezca... (tan frágil!)
Las hojas otoñales dan a tu serie un matiz existencial pero las hojas que se desprenden del acontecer humano precipitan materialmente la imagen, la aplastan como fondo ruinoso depositado, como huella de un fracaso. En la de esos raros rectángulos cavados que utilizan para cerco de árboles siento al mundo humillado, abandonado. También en la del farol esa condensación interior aporta un quanto de incertidumbre. Y tanta fragilidad llega a la consumición final en la de fondo arenoso.
Vaya lectura, Dano!... Duele un poco... Todas estas hojas están ligadas al acontecer humano, puesto que todas están en las veredas, incluso esa última. Un beso, amigo!
Fantastic compositions.
ResponderEliminarI love this series . . .
Thanks a lot Rick Forrestal, I'm glad you like!
EliminarUna serie que de alguna manera nos marca el paso del tiempo, esas hojas que caen del otoño. La de la carta, un preludio de buena o mala suerte?
ResponderEliminarBesos.
Al momento de la caída, en un ambiente hostil, como son las veredas, las hojas suelen encontrarse con otras "hojas".
EliminarEs un encuentro, un diálogo secreto, antes que se las lleven el viento o las escobas.
Es cierto, en esa foto, la carta le da ese componente de magia, superstición, azar.
Gracias, Chapi! :)
Esta série de fotografias ganha legibilidade no conjunto. São muito belas. Lembram-me os livros de estudo de plantas antigos.
ResponderEliminar:)
Un catálogo de hojas caídas :)
EliminarMuchas gracias, José!
Un abrazo
Me encanta esa hojarasca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te gusten, "Superehore"! :)
EliminarGracias!
Un abrazo
Todas muy bellas, Laura. La primera, así como está, podría colgarse en un museo (de bellas artes, no de ciencias naturales...¿ o también?). La cuarta hay que mirarla rápido, antes de que esa hojita termine de desintegrarse y desaparezca... (tan frágil!)
ResponderEliminarUn beso
Es cierto, Betina, esa última, parece que se estuviera fundiendo con el fondo para hacerse uno sólo.
EliminarGracias por tu comentario!
Besos
Las hojas otoñales dan a tu serie un matiz existencial pero las hojas que se desprenden del acontecer humano precipitan materialmente la imagen, la aplastan como fondo ruinoso depositado, como huella de un fracaso. En la de esos raros rectángulos cavados que utilizan para cerco de árboles siento al mundo humillado, abandonado. También en la del farol esa condensación interior aporta un quanto de incertidumbre. Y tanta fragilidad llega a la consumición final en la de fondo arenoso.
ResponderEliminarVaya lectura, Dano!... Duele un poco...
EliminarTodas estas hojas están ligadas al acontecer humano, puesto que todas están en las veredas, incluso esa última.
Un beso, amigo!
Son los tableros de un juego en el que alguien dicta las reglas que solo descubriremos al jugarlo.
ResponderEliminarMe encantan, Laura. Besos.
Me alegra que te gusten, Xuan!
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un beso
Thank you!!
ResponderEliminarLaura, que bellisima composición, me gustan las cuatro, aunque las dos primeras tienen algo especial.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Ana!
EliminarUn abrazo
Magnificas ideas, muy bien realizadas
ResponderEliminarMuchas gracias por su visita y comentarios, Antiqva!
EliminarUn saludo